La cosecha de 2024 comenzó a mediados de febrero y concluyó a mediados de marzo. Será recordada en toda la industria vitivinícola, especialmente debido a la ola de calor que azotó Mendoza en febrero.
El año 2023 inició con un envero muy prometedor, con una maduración temprana en los blancos, aunque se detuvo durante algunas semanas en los tintos; por lo que se debió esperar por la madurez de la mayoría de los Malbec.
La cosecha de 2024 en Argentina se caracterizó por ser una cosecha cálida en general, con mínimas de más de 20°C en enero, pero con rasgos de añada fría, lo que la hizo particularmente desafiante. A pesar de los días calurosos antes y después del envero, las fechas de cosecha se retrasaron, y las parcelas debieron cosecharse entre una y dos semanas más tarde de lo habitual.
Aunque el fenómeno de El Niño trajo buenas noticias en términos de recuperación de nieve para la provincia de Mendoza, enfrentamos desafíos como heladas leves y vientos zonda tardíos. Esto resultó en un río Mendoza inusualmente caudaloso y corrientes fuertes, algo no visto por muchas generaciones en Mendoza.
Toda esta complejidad demandó una logística de cosecha muy precisa, que requirió saber reaccionar y esperar el momento adecuado para cosechar ciertas variedades y zonas.
La cosecha estuvo marcada por una recuperación en los volúmenes de producción, aunque aún por debajo de la media histórica. A pesar de la ola de calor y eventos climáticos extremos como el viento zonda, tuvimos una temporada de cosecha rápida. Las temperaturas extremas aceleraron la maduración de la uva en algunas variedades, mientras que en otras se detuvo debido al estrés. Fue una añada cálida que produjo vinos típicos de un año frío: frescos, austeros, muy transparentes y limpios. Nuestros viñedos de malbec de mayores rendimientos tienen notas frescas de flores y hierbas, y aquellos de menores rendimientos tienen mucha potencia de color y fruta negra.
Fernando, líder del equipo de enología, comenta: "El haber fermentado los blancos en un tiempo óptimo y algunos tintos antes de lo previsto nos dejó un panorama muy favorable para la fermentación de la mayoría de los Malbec. Logramos mantener un ritmo de cosecha constante y, al anticiparnos con los blancos y rosados, pudimos conservar su frescura.
Consideramos que el 2024 es el año del Cabernet Franc, debido a que tuvo un ciclo en el cual tuvo un salto inicial brusco de madurez en el cual se cosechó una parte para tener un componente fresco. Luego a nivel de concentración de azúcar no hubo un gran aumento, mientras que a nivel fenólico hubo un potente avance dando vinos con mucha vitalidad y vivacidad, lo que demuestra la habilidad de la bodega para interpretar y adaptarse a las variaciones climáticas.”
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